lunes, 3 de junio de 2013

Rutina... rutina... rutina... rutina... rutina... rutina...

Empieza el lunes, cuando pongo la alarma a las 04:40... 04:50... 05:00... Entonces finalmente me levanto y voy al baño, me ducho, generalmente me lavo el pelo, y luego desayuno. Yo como siempre lo mismo de lunes a viernes: papaya, “inhame”, “cuscuz”, huevo, queso, plátano, todo acompañado de una taza de café con leche. Ahora me doy cuenta de que como mucho. Así que después de comer demasiado, sigo con el ritual de lavarme los dientes, vestirme y cuando estoy de buen humor, maquillarme (en otras palabras: casi nunca). Luego, voy a trabajar.
Empiezo a trabajar  a las 07:00... trabajo... trabajo... trabajo... trabajo... trabajo...  Trabajo hasta las 12:00, que es cuando generalmente voy a comer, a veces sola, a veces con mis compañeros de trabajo. Como, me lavo los dientes y vuelvo a trabajar... trabajo... trabajo... trabajo... trabajo... Trabajo hasta a las 14:00, cuando voy para mi segunda ronda. Voy a hacer lo que más me gusta: diseñar  jardines. No tengo tiempo para parar, no tengo tiempo para dormir. A veces me acuesto a las 20:30, otras veces después  de las doce de la noche.
Eso se repite martes, miércoles, jueves y viernes. Esa rutina es interrumpida por las clases de inglés dos veces a la semana, y a veces por alguna salida con los  amigos por la noche.
Para compensar la rutina semanal, los fines de semana no trabajo. Duermo mucho, no tengo programación, no tengo planos, como cosas diferentes… ¡Oooooops! Me acordé de las maravillosas e interesantes  clases de español los sábados y de los almuerzos en familia los domingos. Conclusión: La rutina me persigue hasta en los fines de semana.



1 comentario:

  1. ¡Felicitaciones Patri! Excelente manera de describir tu rutina... ¡continúa así!

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